Ayer tuve una de esas experiencias TIC que me resultan reveladoras. Y me gustaría compartirla con vosotr@s.
Resulta que, una vez al año, nos juntamos tod@s l@s profes de mi asignatura de 2º de bachillerato de toda la provincia en el Salón de Actos de la Facultad. Uso las mayúsculas con toda la intención, porque se trata de un lugar revestido de formalidad. A ella apeló el coordinador de las pruebas PAU cuando llamó al orden a una profesora que pretendió romper con esa adecuación al contexto usando un registro coloquial (indignada ella en estos tiempos indignantes).
La cuestión es que much@s compartíamos una inquietud: el alumnado de nuestra asignatura no realiza exámenes brillantes. Les cuesta mucho aprender. El examen es muy largo y complejo para 90 minutos. Además, l@s correctores hacen de su capa un sayo y cada uno pone las notas como puede en un tiempo récord. El problema parece complejo y el coordinador afirma que necesita datos.
Se pide coordinación. Otra voz se levanta para pedir unificar criterios. Y una señora afirma que deberían recomendar un libro de texto (Dios mío) que sirva de referencia. Todo vale para solucionar lo que parece un estado de insatisfacción generalizada.
Sin embargo, hay una cuestión que queda fuera del debate: la metodología. Nadie se plantea cómo podemos hacerlo mejor cambiando la manera de trabajar. Con el alumnado y entre el profesorado. Hay un montón de herramientas útiles en la red para poder redactar o corregir un texto, se pueden plantear actividades de trabajo cooperativo o de búsqueda de información. Los caminos y las posibilidades que nos ofrece la Red están por recorrer. Incluso el foro de la asignatura que abrió el coordinador apenas si cuenta con participación. Los ejercicios autocorrectivos son el no-va-más de la innovación.
Las TIC sólo son una distracción de lo verdaderamente importante.
Hace mucho que no envío cartas por correo postal. Y hace mucho que no redacto nada en papel: ni mis exámenes ni mi lista de la compra. Sospecho que mis alumn@s tampoco. Y sin embargo, me encuentro cruzando constantemente papeles con ell@s. Es verdad que lo que nos piden en el examen nos deja poco margen. Pero mi impresión es que el profesorado de mi asignatura, lejos de ser residente no es ni visitante. Es un turista, que en Internet bebe sangría, se tuesta al sol y abusa de la cámara. Digital, eso sí.
Nos mandan un correo desde http://maristasalgemesi.com/ para preguntarnos sobre nuestro sistema de correo electrónico para los alumnos.

En ocasiones empleamos el correo electrónico como medio de comunicación con nuestros alumnos, y es interesante tener controladas las direcciones de correo, incluso algunos alumnos no tienen dirección de correo, o desconocen el uso del mismo, antes porque sólo se utilizaba el messenger, ahora porque sólo parecen usar las redes sociales y el correo queda en un segundo plano. Pero en el centro necesitamos tener ese medio de comunicación, algo controlado, como algo más del centro.

Hace años comenzamos a trabajar con google apps, que no sólo ofrece correo electrónico, sino que integra varios de los servicios de google, cada día más. Lo interesante de los servicios de google no es tanto el servicio en sí mismo, que lo es, sino que son servicios colaborativos, donde varios usuarios pueden trabajar sobre el mismo archivo, web, blog,... lo que posibilita que los alumnos puedan realizar trabajos y compartirlos con los profesores de forma sencilla, todo ello disponible desde cualquier navegador con conexión a internet, independientemente del sistema operativo que cada uno utilice.

En principio nosotros solicitamos, para diferenciar, dos dominios diferentes de google apps, uno para alumnos y otro para profesores y personal del centro, de forma que se pudiera identificar fácilmente, mirando la dirección de correo, quien era alumno y quien profesor, en aquel momento no existía la posibilidad de hacerlo de otra forma.

Ahora, años después, parece que se pueden crear subdominios dentro de la misma cuenta de google apps, es un tema que tenemos que estudiar, pero es interesante tener a todos los usuarios dentro del mismo dominio, por varios motivos:
  • Simplificar la gestión: Sólo tendríamos que gestionar una cuenta de google apps.
  • Delegación en la gestión: La posibilidad de tener diferentes subdominios dentro de google apps, también facilita la concesión de privilegios para la gestión de grupos de usuarios, con lo que varias personas se podrían ocupar de pequeños grupos lo que agiliza algunos trámites.
  • Compartición de recursos: Al estar todos bajo el mismo dominio, se puede hacer que recursos como calendarios y grupos de correo sean comunes para todos los usuarios, así como los contactos. (Calendario de la sección, deberes-exámenes, grupo de clase,...)
  • Control de permisos: Al tener un único dominio se pueden gestionar de forma más estricta las políticas de seguridad a la hora de compartir contenidos, dado que en algunos caso sólo sería necesario compartir dentro del mismo dominio, sin salir al exterior.
Si alguien ya ha estudiado este tema y lo quiere compartir, será muy bienvenido.