Una vez más volvemos con el tema recurrente del software que utilizamos en los centros. ¿Cuál es el criterio de selección del software que utilizamos en nuestras clase? A alguien le puede sonar extraño pero, ¿cuál es el criterio de selección de los libros de texto o el de los materiales para el aula?

Los libros de texto o materiales didácticos para el aula, los escogemos con sumo cuidado, para que lo que queremos que los alumnos aprendan esté recogido dentro de estos materiales, y que la metodología empleada sea la que nosotros buscamos: Si vamos a realizar un proyecto, una investigación, un PBL,... buscamos lo que nuestros alumnos sean capaces de realizar con los medios que tienen y tenemos a nuestro alcance.

¿Y qué pasa con el software?, ¿buscamos las aplicaciones (herramientas) que pueden tener al alcance nuestros alumnos? o ¿tiramos de lo que estamos acostumbrados a utilizar importándonos poco lo adecuado o no de la herramienta?

Alguien se puede preguntar ¿a qué viene esto ahora?, o ¿a qué viene otra vez?. Pues bien, la semana pasada llego mi hija a casa diciéndome que necesitaba el word para hacer un trabajo del cole. En casa no tenemos equipos con windows a disposición de los niños, con lo que no se puede instalar el word. Le expliqué que el procesador de textos es un programa para editar textos y que también se puede utilizar para hacer dibujos, aunque no es lo más adecuado para hacer dibujos, para ese fin había aplicaciones diseñadas específicamente. Pero a la niña sólo le habían enseñado el word y ella quería utilizar lo que utilizan en su clase.

En este ejemplo de la vida real tenemos varios problemas:
  1. El word no se puede utilizar en cualquier plataforma, por lo tanto no se ha tenido en cuenta la variedad de plataformas existentes.
  2. En el caso en el que todo el mundo pudiera instalarse el word en su sistema operativo, es un software que tiene un coste económico que no todo el mundo está dispuesto a sufragar.
  3. Por otro lado la aplicación no es adecuada para hacer dibujos, sí que es cierto que se hacen dibujos de forma sencilla, pero no se guardan de forma adecuada.

Evidentemente el criterio de selección del software para hacer dibujos no ha sido el más adecuado, desde mi punto de vista, se ha elegido un programa que permitía hacer algo aunque no estuviera diseñado específicamente para ello.

A nadie se le ocurriría, en esta tierra valenciana, enseñar a hacer una paella en una plancha, aunque se pueda hacer (y alguien se tirará de los pelos) no es la herramienta adecuada. ¿Por qué no elegimos las herramientas adecuadas para nuestros alumnos? ¿Cuáles son los criterios de selección?